jueves, 22 de abril de 2010

Te platico...

Soy un fraude ¿verdad?...

Me la paso prometiendo que voy a escribirte más seguido y nada...

Desde la última vez que anduve por aquí han pasado un buen de cosas que voy a tratar de resumirte en unas cuantas líneas.

Fíjate que la Pape va super bien, poco a poquito nos estamos haciendo de clientela, no se nos va ni un solo día sin venta o uso de cyber, prácticamente se está manteniendo sola y hasta hemos tenido que ampliar nuestro horario de servicio a los Domingos.

Cierto que hemos tenido que seguirle invirtiendo algo de money para ampliar un poco nuestra variedad de productos y servicios, pero ya no trabajamos con números rojos ni nos descapitalizamos cada mes, y eso está ¡genial! ¿no crees?... más aún con eso de la crisis, el desempleo y tanta bronca económica.

Además estamos incursionando en el tenebroso mundo de la enseñanza.

Mi Chaparrito está bien acostumbrado a los peques -y después de tantos años como maestro ¿quien no?-, pero mi Bamboo y Yo estamos haciendo los primeros pinitos en esto.

Bamboo da clases de computación, mi Chaparrito de computación y próximamente de música, y Yo ando batallando con apoyo a tareas, regularización para primaria y atención preescolar... ¿te imaginas?...

La Pape es un constante entrar y salir de niños, risas y vocesitas.

Pobrecito socio, más de una vez a estado al borde del colapso nerviosus neuróticus tremendus, vamos ya hasta anda diciendo que se los va a agarrar a arponasos, pero ya también le está agarrando el gusto a las ocurrencias de los pequeños; eso si a él ni con forseps lo sacamos de atrás del mostrados mientras damos clases, él atiende clientela pero niñoooos... ni aunque le paguen.

Ya te imaginaras entonces porque no me había podido dar el tiempo de escribir. La verdad es que termino molida por las noches, eso de dar cuatro horas seguidas de clases a diferentes niveles me deja en calidad de bulto; y por las mañanas, aunque no se abre la Pape, me toca el trabajo de casa, ya sabes... lavar, recoger, medio arreglar y ver lo de la comida, pero de todas maneras no me he olvidado de ti.

La próxima vez te platicare un poquito de mis alumnitos, tengo un par de talibanes, un angustias, una berrinches, una mini adulto y una niña talento, ¡son increíbles todos!. De hecho creo que he aprendido más de ellos que ellos de mí, empezando por la paciencia -que aquí entre nos, ignoraba que la tenía.

Por ahora te dejo, ya me grita la almohada y ni siquiera he cenado.

Te mando una docena de besos y hasta muy pronto.