martes, 6 de enero de 2015

Día de Reyes 2015.

En un día como hoy, hace 22 años, empezó mi mágica y maravillosa travesía por el mundo de los Reyes Magos.

Mi Bamboo solo tenía un año. Ya entonces caminaba completamente sola y hablaba como periquito.
Recuerdo, como si hubiera sido ayer, su primera carta llena de rayones y titolos (círculos) en mil colores de crayola.
Recuerdo su zapatito rosa a los pies del árbol y sus ojitos llenos de sueño asegurando que ya había visto pasar un camello, un elefante o un caballo volador por la ventana.

Mi mente se regocija en el recuerdo de sus interminables preguntas: ¿Quienes eran los Reyes Magos? ¿De dónde venían? ¿Porqué fueron con el niño Jesús?...
Y más importante aún: ¿Vendrían a casa? ¿Si se comía el huevo le traerían regalos?...

Esta madrugada la que no podía dormir era yo. 
Pasaban por mi cabeza tantos malabares para esconder los juguetes, las peregrinaciones interminables por las tiendas para conseguir ese juguete anhelado, el esfuerzo y el ahorro durante meses para que no nos apretara el bolsillo, las noches en vela esperando que estuviera dormida para colocar todos los regalos de la manera mas atractiva, y cuando finalmente podíamos ir a la cama, llegaba una pirinola corriendo y anunciando a viva voz ¡¡¡Ya llegaron los Reyes, ya llegaron!!!, y a salir de la cama de nuevo para jugar con ella desde las cuatro o cinco de la madrugada.

Las tardes del día de Reyes eran una verdadera epopeya. Visitábamos a mi mami y mis sobrinas para partir la tradicional rosca, pero íbamos cargando con todo lo que los Reyes habían traído para que Bamboo lo enseñara y jugara con sus primas. 
Y el regreso... ¡Oh por Dios, el regreso!... A todo lo llevado se agregaba lo que los Reyes habían dejado en casa de la Abue, ¡si, claro! ahí también había regalos, y todo porque ella había escrito otra carta a los Reyes pidiendo que "disculparan a sus nietecitas por no portarse tan bien, pero que eran buenas niñas"... 

Hoy me despertó una frase diferente. "Ya me voy a trabajar mami".
Como a volado el tiempo. Aveces siento que mi pequeña Bamboo creció muy rápido.

Esta mañana estaba en el nacimiento una zapatilla, la de mi niña que aún tiene el corazón lleno de dulces ilusiones. Nuevamente recibió una carta de los Reyes y sus regalos.

Pero sabes... lo más bello es que ahora dentro de su zapato también había una carta para mi. En ella había las palabras más hermosas que una hija puede decir a su madre, me llenaba de ternura y porras, me decía lo orgullosa que está de mi y lo mucho que me ama...
Se me desbordaron los ojos de lagrimas...
¿Qué te puedo decir?... Hoy recibí uno de los más maravillosos regalos que los Reyes Magos me han podido traer a lo largo de mi vida.



El primer zapatito de Bamboo y el del día de hoy.


¡¡¡MUY FELIZ DÍA DE REYES PARA TI TAMBIÉN!!!

Besos y hasta pronto.

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