viernes, 22 de agosto de 2008

Archivos olvidados.


Que cantidad tan bárbara de cosas quedan empolvadas en tu cerebro a lo largo de los años. Hay datos, frases, autores, conceptos, lecturas y conocimientos que creías perdidos o simplemente te habías olvidado de que estaban ahí.

¿Por qué digo esto?... Pues te cuento...

Hace unas horas estaba platicando con mi Bamboo sobre las experiencias de su primer semana de clases.

Entre la enorme cantidad de chismecitos sobre sus compañeros de grupo, sus profesores y el plantel mismo, llegamos a las primeras tareas, las participaciones en clase y los temas que han tocado en sus diferentes materias.

No recuerdo si ya te había contado que Yo deje la escuela para dedicarme al 100% a mi pequeña; aunque hice los tres años del Bachillerato, quede a deber materias de varios semestres, entre ellas Matemáticas, Lógica, Biología, y otras ciencias que de plano no me entraron o no me interesaron en ese momento. Sin embargo había cosas para las que siempre me considere buena, y otras que se me facilitaron mucho, por ejemplo Derecho, Ciencias Políticas, Literatura, Ciencias de la Comunicación, Ciencias Sociales, y otras más del área de Humanidades, que creí que iba a ser lo mío.

A lo que voy es a que Bamboo obtuvo su primer punto a favor -y su primera participación- en la clase de Ciencias Sociales, gracias a la más simple explicación que le pude haber dado hace unos días sobre la pregunta "¿qué son las Ciencias Sociales?".

La realidad es que nunca creí que fuera a usar de manera tan literal mis palabras, y mucho menos me imagine que le iban a servir tan bien para apantallar a su nuevo Profesor. Vamos, no fue la única que lo contestó correctamente, pero sí fue la primera de la clase.

Por supuesto que me inflé como pavo real cuando me lo contó, y no sólo porque le valió una buena nota, sino también por mí -aunque me este mal en decirlo.

Algo parecido sucedió con un libro que le solicitaron como apoyo para la clase de Métodos de Investigación. Este libro en particular no lo tenemos, pero pude recordar el título de otro que estaba perdido en una de las cajas olvidadas de la bibliografía de la casa, y aunque no es el título, ni el autor, ni la editorial solicitada, coincidió casi a la perfección con el temario de este semestre.

Ya también salieron de su claustro libros de Redacción, Gramática, Análisis Literario, Poesía y Matemáticas. Hay muchos más que siguen esperando su oportunidad de ayudar y volver a ser vigentes, y sé que en algun momento lo harán, solo espero que le sirvan a mi pequeña tanto como me sirvieron a mí, y que también en ella dejen huella y memoria.


Parece mentira, pero aveces uno olvida que tiene capacidad para otras cosas, que hay archivos guardados en la cabeza que solo necesitan que se les haga click para volver a arrancar.

Si tratáramos de recordar todo lo que aprendimos en años escolares y pudieramos sumarlo a todo lo que nos ha dejado la vida misma, aunado al diario aprender de experiencias, proyectos y sueños, quizá con la lectura de un libro de vez en cuando, definitivamente no habría un límite para la capacidad creadora de nuestra mente.

Lo malo es que en este tiempo de estres, carreras, tecnología y globalización, ¿quien tiene tiempo para hacerlo?...

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