miércoles, 20 de agosto de 2008

Ya de regreso.

Hooooola.
Por fin. Después de más de un mes de forzadas vacaciones, ya logré regresar.


Ni te imaginas que enorme cantidad de cosas han pasado en estas semanas. Se puede decir que mi vida -y la de mis amores- ha tenido muchos cambios.



Primero te cuento que mi Bamboo si paso el examen para el ingreso al Bachillerato.
El Lunes arrancó esta nueva etapa en uno de los planteles del Colegio de Bachilleres y, por primera vez desde que inicio sus estudios, está experimentando lo que es el turno vespertino.

Ya sabes,... ahorita estamos en el proceso de adaptación a nuevos horarios para todo, desde comidas y horas de sueño, hasta quehaceres, tareas y turno a la regadera.

A mí me hubiera gustado que se quedara en el turno matutino, pero la verdad es que a ella le parece formidable la idea de no levantarse tan temprano. ¿Ya qué puedo decir?... si está agusto, contenta y se adapta bien a los cambios, pues adelante.



A mi Chaparrito se le acabaron sus vacaciones hace poco más de una semana. Desde el Lunes 11 regreso a las carreras, el trabajo, los cursos de actualización y sus enanos.

También para él ha sido un cambio radical el que mi pequeña esté en el turno vespertino. Desde hace tres años se pasaban la tarde juntos y, por consecuencia, no había nada que no hiciera sin su hiji, desde pelear y compartir quehaceres, hasta jugar Play o ir a hacer las compras del super; pero a partir del próximo Lunes las tardes las va a tener para él solito.

No lo dice abiertamente, pero la realidad es que si le llega un poquito no estar con Bamboo. Lo bueno es que compartimos la filosofía de que los hijos no son de nuestra propiedad; solo los tenemos prestados para enseñarlos a valerse por ellos mismos y, llegado el momento, hay que dejarlos ir con alegría.



En cuanto a mí. ¡¡¡Gracias al Cielo que ya estoy de vacaciones!!!.

Tenía una necesidad casi agonizante de dormir y descansar.
Todas estas semanas sin escribirte me la había pasado en horas extra. Mi promedio de sueño se redujo a 3 o 4 horas diarias, cuando era de 6. ¡Imagínate!...

Había mañanas en que ya no sabía que día era, llegue tarde al trabajo un buen de veces, estaba llegando al Jueves con la sobre-marcha, baje un par de kilos, me decore con unas ojeras verdiazules crónicas, agarre un color paliducho cenizo como de bolillo mal horneado, mi adicción a la cafeína y el tabaco se disparo al doble y ni que decir de mi consumo de refrescos de cola y calorías; además decidí cataficciar mi hora de comida por un coyotito en alguna de las salas de exploración, y aprendí a amar fervientemente al trole bus y su largo recorrido que
me permitia dormir otro ratito.



Vamos, la amiga caricatura de aquí a lado tenía, por mucho, "mejor semblante que Yo".

Sin embargo todo vale la pena por estar un rato cotorreando y disfrutando la compañía de mis amores, la chispa de mi Bamboo, y las largas charlas con mi Chaparrito.


Hoy, con dos días de invernación, buena alimentación, bastas cantidades de calorías y algo menos de presiones, he regresado a la vida y estoy de nuevo en circulación, lista para la siguiente -mientras el cuerpo aguante.

Gracias por esperarme tantas semanas.

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