jueves, 3 de julio de 2008

Hace cuatro años...

¿Qué crees?...
Mañana se cumplen cuatro años de que llegamos a vivir a esta casita.

Antes vivía en el sur de la Ciudad, en un departamentito donde pase algunos de los peores años de mi matrimonio y mi vida, pero eso te lo platicaré después.

No recuerdo si ya te había contado que esta casita me la heredo mi papí. Pero bueno, el caso es que pasó a ser de nosotros en el 2000, y por falta de money -conmigo cuando no ¿verdad?...- nos mudamos para acá hasta cuatro años después.

La verdad es que Yo me resistía a la idea de dejar el Sur por el Oriente, es un cambio bastante drástico si lo vemos cabalmente; pero en una de las vueltas de la vida nos vimos en la necesidad de entregar el depa y decidir para donde mudarnos.

Los papás de mi Chaparrito nos ofrecieron un departamento que está en el primer piso de su casa, mi Ma' me propuso rentarnos -si es que se le puede llamar renta a la ayuda mensual que me hubiera pedido- una de las viviendas que hay en su house, y Yo me propuse venirme para acá.

Para que te cuento la cantidad de conflictos familiares que provoco tan inesperada mudanza.

La primera broca fue la escuela de Bamboo.
Ya iba a pasar a sexto, era el último año de Primaria y había que cambiarla de escuela con todo y lo que implicaba.
¡Imagínate!, búsqueda de colegio, inscripción, uniformes nuevos y para un solo año, nuevos compañeros, otra zona, gente muy distinta, y lágrimas de despedida.

Después el trabajo de mi Chaparrito.
Las cinco escuelas de las que es maestro ¡están en el sur!, y por si fuera poco, tres de ellas en la misma Unidad donde vivíamos.
Ya te imaginaras como se puso el hombre cuando hizo cuentas de transporte y tiempos de traslado, se convirtió en un energumeno con patas, y por supuesto que tampoco quería caerle al Oriente.

Tampoco faltaron las broncas entre nosotros y las familias paternas.

Mi Ma' no armo tanto revuelo, al principio de mi matrimonio vivimos en su casa y pocos meses después le rentamos una vivienda, así es que ni insistió en la idea de que nos mudáramos para allá; finalmente las dos ya sabíamos que tan difícil es convivir ya como familias distintas.

Te la pongo así, si siendo mi Ma' nos dejamos de hablar como un año, ya con eso te podrás dar una idea de la cantidad de discusiones que hubo, ...que si porque no llegábamos a dormir o que nos dormíamos muy tarde y no la dejábamos dormir, que si Bamboo estaba llorando y no le hacíamos caso, que si discutíamos en frente de mi pequeña, que si mi marido no tenía un trabajo estable, que si nunca teníamos dinero, que si las barbas del perico..., la realidad es que aquello no fue nada fácil, entre que Yo no soporto la intervención de nadie en las decisiones de mi familia de tres, y entre que mi Ma' es bien preocupona, todo el tiempo era un round constante.

Por lo mismo no hubo nada más que decir cuando le dije que "no, gracias"; se quedo con la preocupación de las condiciones que tenía la casita, pero nos apoyo.


Con los papás de mi Chaparrito las cosas no fueron tan sencillas.
Sigo sin entender que fue lo que paso por la cabeza de mi suegra en ese momento, pero hubo un estallido mas grueso que en Hirosima.

Si te he de ser sincera, ni por un segundo considere la idea de irme a vivir a su casa. Cuando mi Chaparrito me platico la propuesta, mi negativa fue inmediata, rotunda e irrevocable.
¿Cómo crees que iba a irme a la casa de mi suegra?..., si con mi Ma' me dije hasta el huevo y quien lo puso, esto era algo que definitivamente NO tenía ni que pensarse. Si no fui capaz de convivir, dialogar y entender a mi madre, ya parece que lo iba a lograr con mi suegra.

La bronca se hizo tan, pero tan grande, que ya van mas de cuatro años sin convivencia, ni visitas, ni comunicación.
Con mi Chaparrito ya se arreglaron las cosas desde hace un par de años, pero yo sigo sin contacto, y sinceramente lo prefiero así. No te voy a decir que me valen sombrilla sus papás, pero aveces es mejor mantener la distancia a estar en una pugna constante.
Además siempre he pensado que es mejor sacar a las personas de tu vida, antes de hacer daño, hacértelo tú, o caer en hipocrecías, ¿no crees?...

Lo único malo es que mi Chaparrito tiene que ir de visita solo -porque Bamboo tampoco quiere convivir con ellos-, dividirse las fechas importantes y andar estirando y aflojando los tiempos.
No creas, eso me llega, pero es mejor así.


Para cerrar con broche de oro los estragos que hizo el cambio de casa, pues también hubo bronca entre mi Chaparrito y Yo.
A él le convenía mucho más irse a vivir a la casa de sus papás, aunque más lejos, seguía estando en el sur; Yo empaque mis cosas, las de Bamboo, mis muebles y alquile la mudanza para venir al oriente.
Incluso se hablo de separación, nunca de divorcio, pero si de la posibilidad de que solo estuviera con nosotras de viernes a domingo, para que se le siguiera facilitando la llegada al trabajo. ¡Gracias a Dios que no aceptó mi propuesta!, la verdad es que me hubiera muerto de tristeza.

Ya convencidos, reconciliados, llenos de amor, paciencia y ganas de echarle ganas, llegamos aquí a las seis o siete de la noche del Domingo 4 de julio de 2004.
Era una noche lluviosa igual a la de hoy, Bamboo se había quedado en casa de mi Ma' desde un día antes, no habíamos dormido nada la noche anterior, él traía una resaca barbara que le dejo la despedida del departamento con los cuates, yo estaba muerta de cansancio, teníamos todos los muebles en el patio, había que sacar los muebles que ya había aquí y reacomodar todo, no teníamos ni un metro cuadrado para poder pasar, y tampoco había nada que comer.

Nuestra primera noche la pasamos limpiando, acomodando cosas, horriblemente sucios y sudados, fumando como chacuacos y cenando tacos de suadero sentados en el piso, pero realmente muy felices.
¿Quien me iba a decir que tanto conflicto por una mudanza iba a ser el principio de nuestros mejores años de matrimonio?... De verdad, tan es así, que hace dos años y casi cuatro meses, para celebrar nuestro 13vo. Aniversario de matrimonio, por fin nos casamos por la Iglesia.
¿Puedes creerlo?...

Es por todo le que te he contado, por lo que para mi es tan especial el Aniversario de la Mudanza.
Finalmente ya nos acostumbramos al cambio, Bamboo tiene nuevos amigos y ya hasta termino la Secundaría, a mi Chaparrito ya no le parece un drama épico transportarse al trabajo, Yo ya le perdí el miedo a la Colonia -bueno casi-, ya entendimos todas las ventajas que tiene el vivir en casa propia, amamos nuestra casita y seguimos echándole ganas para mejorarla, y lo mejor es que reencontré la felicidad de mi matrimonio y me he vuelto a enamorar de mi marido.

Todavía no hemos podido terminar ni la obra negra, faltan un montón de instalaciones de agua, luz y drenaje por hacer, seguimos viviendo en el cuartito de láminas de asbesto, el baño sigue estando en el patio, todavía no acabamos de pagar el préstamo del INVI, no hemos podido escriturar, y falta una montaña de deudas por pagar, pero... ¿qué importancia pueden tener todas esas cosas?... estamos los tres juntos, tenemos salud, hay mucho tiempo por delante, somos felices y nos amamos, ¿qué mas puedo pedir?...

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