Yo ando con un resfriado atroz y un ardor de garganta espantoso.
En realidad me empecé a sentir medio mal desde el sábado en la noche pero como ha hecho un frío tremendo le achaque toda la culpa al clima.
Con aquello de mis múltiples calamidades de salud, hoy tuve que ir a que me tomaran unas radiografías y termine en consulta -y ni como zafarme de pasar a ver al Doctor porque me acompaño mi Chaparrito-; para mi buena suerte las placas fueron de nariz y cráneo, y ya te imaginarás ¡todo aquello está hasta el querreque de porquería!... así es que ya estoy en casa con una tacita de té, varias cobijas y un chorro y dos montones de medicamento.
Por hoy ya ni se pudo trabajar, como no llevaba cita y tuve que sacar ficha, llegamos a casa casi a las ocho de la noche... ¿qué caso tenía abrir si cerramos a las 10?...
No creas que fue falta de ganas, a mí si se me ocurrió externar la fenomenal idea de abrir aunque sea estas dos horas, pero mi Chaparrito ya me mando firme y categoricamente por un tubo delgadito y ya me sople el conocido sermón "¿Qué no entiendes?... ¡NO empieces con tus locuras!", así es que ni como hacerle -ya me tiene descansando.
¿Puedes creer que el Doctor me dijo que no me expusiera a los cambios bruscos de temperatura?...
Y preguntome Yo: ¿Cómoooooo?... La casa es helada, la Pape caliente y con corriente constante de aire y, por si fuera poco, para pasar de una a otra tengo que atravesar el patio que durante el último mes ha estado gobernado por Ehécatl-Quetzalcóatl... de plano la veo difícil.
Y para terminar, nada de cosas frías, ni muy calientes, de aquí a que se termine el invierno... ¡Imagínate!... ¿a qué sabrá un buen caldo de pollo o un vaso de refresco tibio?... mmm... creo que ni siquiera se me antoja la idea.
En fin, ¿a ver cómo le hago?...
Hasta pronto.
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