Dios, que estaba ocupado en crear a las madres, llevaba ya seis días trabajando horas extraordinarias, cuando un ángel se le presentó y le dijo: “Te afanas demasiado Señor".
El Señor repuso:
Pero no te das cuenta que esta criatura tiene que ser lavable de pies a cabeza, sin ser de plástico; tiene que llevar cien piezas movibles, todas reemplazables; funcionar a base de café negro y de las sobras de comida. Tiene que poseer un regazo capaz de desaparecer cuando se ponga de pie y un beso capaz de curarlo todo, desde una pierna rota hasta un amor frustrado. Y además tener seis pares de manos.
Y el ángel confundido observó: ¿Seis pares de manos Señor? ¡Eso no es posible!
No son las manos el problema -agregó el Señor-, sino los tres pares de ojos.
¿Y eso es para el modelo normal?... -Preguntó el ángel.
Y el Señor le explicó:
Uno para ver a través de la puerta siempre que pregunte "¿niños, que están haciendo ahí adentro?...", aunque ya lo sepa muy bien; otro detrás de la cabeza para ver lo que más le valiera ignorar, pero que precisa saber; y desde luego los de adelante, para mirar a un niño en apuros y decirle, sin pronunciar siquiera una palabra “te entiendo hijo y te quiero mucho”.
El ángel le tiró de la manga y advirtió mansamente: vale más que te vayas a la cama Señor, mañana será otro día.
... No puedo... y además creo que me falta poco... -dijo el Señor, agregando:
Ya hice una que se cura por si sola cuando enferma; que es capaz de alimentar a una familia de cinco miembros con solo un poco de frijol; y que puede persuadir a un niño de cuatro años para que se esté quieto mientras lo baña.
Lentamente, el ángel dio la vuelta en torno a uno de los modelos maternales y con un suspiro dijo: me parece demasiado delicada.
Pero es muy resistente -aseguró Dios emocionado-, no tienes idea de lo que es capaz de hacer y sobrellevar.
¿Podrá pensar?... -preguntó el ángel.
Claro, y razonar también, -respondió el Señor.
Por último el ángel se inclinó y pasó un dedo por la mejilla del modelo, diciendo: ¡tiene una fuga!
No es una fuga, es una lágrima. -le respondió Dios.
¿Y... para qué sirve?... -preguntó el ángel.
Para expresar gozo, aflicción, desengaño, pesadumbre, soledad y orgullo, -le explicó Dios.
Eres un genio Señor, -comentó el ángel.
Y Dios, con un perfil de tristeza observó el modelo terminado y dijo: “Yo no se la puse.”
Imagen de: imagenesdejesuss.com
¡¡¡ Felicidades Mami !!!
Gracias por la vida y el amor.
Gracias por tus palabras, abrazos y presencia incondicional.
Gracias también por enseñarme a ser madre.
Eres maravillosa.
Te quiero muchisimo.
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