martes, 8 de mayo de 2012

Pensando en el próximo 10 de mayo.

Hola, ¿qué tal estás hoy?...

Yo acabo de terminar de revisar las fianzas y el presupuesto para el próximo jueves. 
Después de deliberarlo un poco y echar números por aquí y por allá, llegue a la terrible conclusión de que ¡¡¡estoy en quiebra!!!  Este año le voy a regalar a mi mami un abrazote y muchos besos porque para consumismo de plano no hay.

Mis esperanzas para el regalito eran las entradas que pudiera haber en la pape, pero con el aguaserazo espanta clientes que se acaba de terminar creo que tampoco vamos a tener mucha entrada hoy. A ver que tal está mañana.

Mi Bamboo y mi Chaparrito están igual de quebrados que yo, así es que vamos a celebrar con un cafecito de "El Jarocho" y un paseo por Coyoacan.

De hecho me agrada la idea, incluso más que la de ir a comer a un restaurante. Eso de esperar horas interminables a que te den mesa, te atiendan mal y de malas, te carreren con un plato tras otro y te inviten a retirarte rápido dejando la cuenta en la mesa, pues no es lo mío.

Hace unas horas platicaba con mi mami sobre el festejo para el próximo 10 de mayo y a mi me toca ir a darle el abrazo en la mañana para estar en la tarde con mis amores.

De mis cinco hermanos solo van a ir a verla dos, Toñin y Chepis. 
Ranis quien sabe por donde ande ahorita y además anda de rencorosita con mi mami, hace un rato que no le habla. 
Chelo vive hasta Cancún y solo le echa un telefonazo. 
Y Pachín hace como doce años que no le dirige la palabra, víctima de sus propias frustraciones y rencores.

En fechas como esta recuerdo lo que era hace años.
La casa llena de risas, bromas y ruido... mucho, mucho ruido.

Mis sobrinos corriendo por todos lados al más puro estilo taliban, mis hermanas chocando y arremolinandose en la cocina, Pachín y los cuñados encargándose de vaciar botellas y poner música, Toñin y yo bromeando, peleando o jugando, mi Papi peleando su acostumbrado lugar en la mesa y mi Mami disfrutando el caos de la familia reunida.

El aroma de la comida se metía hasta el ultimo rincón de la casa, había tantos guisados y postres que siempre sobraba para dos o tres días de recalentado y siempre era necesario aumentar sillas y poner una mesa extra. 

Ahora que lo pienso... era realmente lindo.
Aunque si te he de ser sincera, mi naturaleza es algo ermitaña y en esos momentos me sentía invadida, abrumada y desquiciada por el ruido, pero ahora me gustaría poder vivirlo de nuevo.


Lastima que la vida nos haya separado tanto.
Mi papi ya no está, dos de mis sobrinos tampoco, mis tres hermanas se divorciaron, Pachin se divorcio de la familia, Chepis se ha peleado con cada una de nosotras, y Toñin está solo de nuevo.

Qué se le va ha hacer... ojala algún día nos podamos volver a ver en la casa de mi mami como si fuera la casa de todos.



Hasta pronto.
Besos.

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