lunes, 19 de mayo de 2008

Alas.


Bonito inicio de semana.

¿Qué tal estuvo tu fin?...

Te cuento que Yo tuve un engentado, muy mojado y divertido sábado.

Originalmente me había negado a asomar la cabeza por el Zócalo, pero a fuerza de insistencia de mi Bamboo, secundada por mi Chaparrito, ahí voy para allá.

Aquello era un mundo de gente, no se podía pasar por ningún lado, y cuando lograbas integrarte a la masa uniforme de personas el problema era tratar de salir de ella.
No soy especialmente alta, de hecho soy bastante bajita de estatura, y por lo mismo que me apaniqueo grueso. ¡Imagínate!... durante unos minutos -que a mi me parecieron horas- me perdí de la mano de mi Chaparro, lo único que veía al frente eran espaldas, para abajo pies y para arriba cielo y lluvia; el calor era asfixiante, la música ensordecedora y los apretones mortales.

Estaba a punto de dar mi primer alarido de desesperación, cuando siento una mano que me tomo del hombro al tiempo que una voz decía "ya la alcance", era mi Bamboo; por fin me rescataron del gentío y tomamos la sabía decisión de salir de la plancha del Zócalo y ver el concierto en una de las pantallas gigantes que había en otros puntos del Centro.
Ya a salvo, ahora si a disfrutar lo que nos permitió la lluvia.
No lo vimos todo, pero dentro de los artistas que mas me interesaba ver estuvo Timbiriche, y como no me iba a interesar sí crecí con ellos, mi primer beso de Secundaría fue al sonido de una de sus canciones, y también el primer truene fue escuchándolos.
¿Cómo han pasado los años, verdad?...
Entre las pausas que hicimos para ir por un cafecito, después un refresco, luego a Coppel a recoger mi tarjeta, y también a encontrar un baño, ya solo vimos a Ricardo Montaner, Emmanuel, Maná, y cerramos la noche con Aleks Syntek y Ana Torroja.
Nos hubiera gustado quedarnos un rato más, pero ya con la experiencia de habernos quedado un sábado sin metro, mejor nos venimos a la casa; además ya nos habíamos mojado y secado como cuatro veces, no llevábamos paraguas, la única que traía chamarra era Bamboo, las cosas dentro de mi bolsa y de su mochila estaban a punto de sufrir los estragos de la lluvia, y mi Chaparrito empezó a estornudar y moquear de a feo, así es que para que le jugábamos al tío Lolo, mejor a la casa para darnos un buen baño, tomar algo calientito y descansar.
Tenía unas ganas locas de escribirte ese mismo día para que no se me fueran los detalles, entre ellos la sorpresa de encontrarme al Laudero entre la multitud, igual de mojado y engentado que nosotros, aunque ahorita ya no me acuerdo como a que hora lo vimos ni exactamente en donde -y cómo me iba a acordar si entre tanta gente apenas sabía donde andaba Yo-, pero cuando llegamos a la casa se nos fue la noche en bañarnos, cenar, arreglar los desperfectos que hizo la lluvia en las plantas y barrer los charcos del patio.
El Domingo se me fue echando la flojera, fue día de pijama, películas, pizza y cobijita, como amaneció nubladon y medio frío, nos quedamos a disfrutar de la parsimonia dominguera en casa, así es que no me anime a prender la computadora, pero ya estoy aquí para empezar otra semana contigo.
Por ahorita te dejo porque se está enfriando mi café, aquí te espero mañana.

1 comentario:

MSN-MX dijo...

jajajaj , ya me imagino el dia , y que valiente fuiste y debo reconoser entonces que ya tienes mas rsistencia a tales multitudes :D
hijole , yo no e visto a laudero pero un dia de estos lo saludare :)
saludame a Bamboo, que ahora es tu guardespaldas ;) jejej , fuerte abrazo a los tres :)