viernes, 16 de mayo de 2008

¿Mi familia?...

Hola. ¿Qué tal estás pasando esta calurosa madrugada?...

Como ya te habrás dado cuenta, se me volvió a hacer tarde. Por más que me apure a hacer cuentas, archivar papeles y poner un poquito de orden en el escritorio, de plano no pude empezar a escribir todavía en viernes.

Que espantosa cantidad de basura se puede juntar en unos días, unos tickets de compra por aquí, los estados de cuenta por allá, toda la bola de propaganda y promociones que llegan de los Bancos, la notita, el recadito, una bolsita de celofán, los sobres vacíos, y ¡listo!, ya tienes tu basurero particular.
Lo dramático no es solo el desperdicio de papel con su consecuente daño ambiental, si no el valor que necesitas para ponerlo en orden. Pasas un día, miras tu reguero y la charolita de pendientes, pero se te hace fácil dejarlo para mañana; llega mañana, pasado-mañana, la próxima semana, y cuando vuelves a mirarlo ya tienes tremendo alteron de papeles, no puedes mover nada sin que se te caiga mas de la mitad de lo que está encima, y ni modo, te tienes que sentar a revisar, archivar, tirar lo inservible y apartar los pendientes.
Tan fácil que sería ir revisando y acomodando todo en el momento que llega. Entonces ¡¡¡Yo no sé porqué no lo hago!!!...

En fin, realmente no iba a platicarte de mi desorden, pero después de más de dos horas casi perdida en la inmensidad del papelerío, hasta se me estaba olvidando de que te iba a escribir hoy, pero ya me acordé.

Fíjate que hace exactamente quince días, el viernes 02 de mayo, al llegar a la casa me encontré con la noticia de que una de mis primas había muerto.
No sé bien a bien que fue lo que le sucedió; parece que la iban a operar de algo, pero ve Tú a saber de qué.
La verdad es que la noticia me impacto un poco, no por el hecho de que fuera un familiar, ni por unión, afinidad o cariño hacia ella, si no por que era una mujer joven, tres o cuatro años menor que Yo, que deja huerfanitos a sus hijos y muy sola a su madre.

Era la única hija de la hermana menor de mi papi. Nunca tuve contacto real con ella, de hecho con nadie de la familia de mi Pa' lo he tenido -y sinceramente no quiero tenerlo-, pero no deja de ser algo penoso.
Nos enteramos del suceso por una de mis vecinas que es comadre de mi tía. Le aviso a mi Chaparrito porque yo andaba trabajando, así es que me vine a enterar hasta la noche.

No fuimos ni al velorio, ni al sepelio, y mucho menos a los rosarios, porque nadie de la familia nos aviso nada. Con un poco de interés de mi parte, bien hubiéramos podido averiguar algo y presentarnos a dar el pésame, pero son tan ajenos a mi vida que preferí mantenerme al margen.

Nunca supe porqué mi Pa' prefería mantenernos lejos de su familia; jamás estuvieron en mis cumpleaños, no hubo reuniones familiares, llamadas telefónicas, ni visitas. Cuando alguien de ellos nos llegaba a invitar a algun evento mi papi se negaba a ir, y en otras ocasiones ni siquiera nos lo decía. Ahora que él ya no está, el poco contacto que se tenía se perdió por completo.
Parece mentira, pero ni siquiera ubico bien a mis tías, no conozco a sus esposos ni a sus hijos; no sé quienes son las que ya murieron, cuántos primos tengo o qué apellido llevan; y ni que decir de sobrinos, a lo mejor ya hasta tengo sobrinos-nietos y ni idea de quienes son.

Cuando era una niña visitábamos a mis abuelos unas cuantas veces al año; aún estaba muy pequeña cuando murió mi abuelito y, sin embargo, tengo bonitos y atesorados recuerdos de él; aunque ahora que lo pienso..., siempre me trato de una forma diferente a como trataba a los demás niños que iban a su casa, siempre tuve mayores privilegios y concesiones, pero no imagino el porqué.

Mi abuelita murió hace como diez años, y durante los últimos 5 o 6 años de su vida la vi muy pocas veces. Creo que de alguna manera extraña le tenía cariño, no era como el que le tiene mi Bamboo o sus otros nietos a mi Ma', no había abrazos, ni besos, ni demostraciones de afecto, de hecho aveces sentía que cuando Yo estaba no podía platicar abiertamente con mi Pa', pero si la quería.
Días antes de que muriera fui a verla, ya estaba tan deteriorada y enferma que no entendí todo lo que trato de decirme, pero tengo grabada en mi memoria la frase "perdóname, te quiero mucho"; tuvo sujetada mi mano por largo tiempo, no paraba de murmurarme palabras que escapaban a mi entendimiento, y finalmente fue necesario apartarla de mi mano para que me dejara ir, esa fue la última vez que la vi.

Ahora con la noticia de la muerte de Erika, he pensado mucho en mi familia paterna. Si bien no me interesa tener contacto con ellos, he tratado de imaginar como hubiera sido mi vida de haberlos tenido cerca. Siempre he sabido que es una familia muy grande, que se frecuentan a menudo, y que muy a su manera son unidos... quizá me hubiera gustado.

Después de que murió mi Pa' pasaron tantas cosas feas, que creo entender porque hubo tantos años de lejanía, y si mis ideas son acertadas, mantenernos apartados fue una de sus mejores decisiones. Ya te platicaré algo de eso otro día.

En fin, la realidad es que alguien más se fue, que no estuve ahí, que nunca he pertenecido a esa familia, y que -aunque me este mal en decirlo- no me importa, ni me mueve.

¿Qué feo verdad?...

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