lunes, 12 de mayo de 2008

Felicidades.

Dos días después de la fecha indicada en el calendario:

¡¡¡ FELIZ DÍA DE LAS MADRES !!!

Siempre he pensado que no es necesario un día específico para recordarle a alguien lo especial que es en nuestra vida, tampoco creo que sea necesario un regalo encarecido por la fecha para demostrar nuestro amor, y mucho menos creo necesaria una comida carisima en el restaurante más ¡uf! de la ciudad para celebrar a un ser que está ahí los 365 días del año, pero a quien casi nunca le decimos Te amo o Gracias.

Sin embargo con el 10 de mayo es algo difícil sostener esta postura.
Desde que estamos en la escuela nos enseñan a festejar a mamá con festivales, canciones, regalos y mucho trabajo. Al interior de las familias se arraiga la idea de que hay que celebrar este día con reuniones familiares, menú especial y más trabajo. Los medios de comunicación hacen lo suyo y repiten durante muchos días la importancia de la fecha, y los comercios cumplen con la tarea de llenar las espectativas de un consumidor a quien todo le parece poco para alagar al ser que le dio vida.

Yo tengo la fortuna de celebrar esta fecha desde dos ángulos diferentes, soy hija y madre.
En ambos papeles tengo una cantidad barbara de deficiencias y errores, meto la pata y digo cosas sin pensar, aveces critico o juzgo, otras veces me enfado o me comporto incomprensiva, en fin, tantas y variadas cosas que no son de lo mejor, pero la verdad es que no cambiaría por nada ninguno de los dos roles porque amo con todo mi corazón a mi Ma' y a mi Bamboo.

Si te he de ser sincera, creo que siempre me ha gustado esta fecha.
Dejando a un lado mi postura anticonsumista, la realidad es que cuando era niña me fascinaba participar en los festivales de la escuela, me encantaba bailar y me esmeraba especialmente en este día; me gustaban las manualidades -me gustan todavía- y pasaba horas elaborando el regalito de mi Má; aveces me levantaba temprano y le medio hacía de desayunar, otras me armaba de valor y me ofrecía a ayudarle en los quehaceres de la casa; también hubo ocasiones en que guarde parte del dinerito que me daba mi Pa' para mis chuchulucos y le compraba un regalito; pero la realidad es que no aprendí a valorar todo lo que ella hacía por mí, si no hasta que llego mi Bamboo.

Cuando estaba embarazada de mi pequeña pase por situaciones clínicas bastante complicadas, hubo veces en que creí que si cerraba los ojos para dormir ya no iba a llegar a la mañana siguiente. Pude haber optado por la salud, pero en esos momentos lo único que me importaba era salvar a mi pedacito de carne, ¿y quien crees que estubo a mi lado en todo momento?... claro, mi Ma'.
Trabajó horas extra para cuidarme, no le importó cocinar doble para que mi comida fuera especial, jamás se quejó de cansancio aún y cuando me bañaba en la recámara, nunca le vi una mala cara cuando me retiraba el cómodo, no había medicamento que se me administrara lo suficientemente tarde o temprano como para que ella estuviera durmiendo, y además de todo lo que trabajaba en la casa, siempre tuvo tiempo para estar a un lado de mi cama para platicar, hacerme compañía por un rato o simplemente velar mi sueño.

Ahora con Bamboo puedo entender que nunca hay cansancio tan grande, ni trabajo tan afanoso, que no valga la pena por un hijo. No hay errores ni metidas de pata que no se perdonen sin resentimiento. No hay pleitos, ni regaños, ni arrebatos que puedan quitarme las ganas de darle la bendición cada noche con el beso, el abrazo y el te amo de siempre. No hay palabras que me lastimen más que un desplante o una grosería de ella, ni hay nada que me duela más que una lágrima suya.
Tampoco hay nada comparable con la alegría de verla crecer, jugar, reír y soñar. No existe una sola cosa en todo el Universo que me pudiera importar mas que ella, ni hay una sola parte en mi ser que no daría con gusto si fuera para su bienestar.
También he aprendido que nunca hay un bolsillo tan gastado como para no hacer el esfuerzo de comprar el vestuario para un bailable, ni horas de costura o arreglos que no valgan la pena por la felicidad de ver sus ojitos buscándome entre en público, o por el orgullo de verla guiñarme el ojo desde el escenario.
Vamos, y ni que decir de lo que se siente cuando se le ilumina la carita porque me gustó el regalito que me hizo o me compró.

¿Ya entiendes por qué es hasta ahora que puedo valorar realmente a mi Ma'?...

Sin exagerar te puedo decir que tengo la bendición de tener una madre maravillosa.
No es un ser perfecto, pero ¿quien además de Dios lo es?...
Aveces me saca de onda, otras me pone de uñas, y hasta me ha llegado a desesperar, pero lejos de todos sus defectos y errores, es una mujer admirable.

Su vida no ha sido fácil -ya te contaré algun día- pero nunca se dejo vencer; siempre ha tenido el regaño, la felicitación o la palabra precisa para cada uno de sus hijos; siempre nos enseño a hablar con la verdad y ha decir las cosas con franqueza aunque duelan; nos enseño a amar a Dios y a tener fe, pero nos ha dado a todos la libertad de creer en lo que mejor nos plazca; nunca nos ha solucionado la vida, pero siempre ha estado dispuesta a ayudarnos a salir adelante; nos inculco que los sentimientos, buenos o malos, no se esconden porque la hipocresía le da asco a cualquiera; nos enseño a ser independientes, autosuficientes y capaces, para que no viviéramos pegados a ella, si no que pudiéramos emprender nuestro propio camino; nos ha dejado libres incondicionalmente, no le llora al que se va, ni le estorba el que se queda, jamás nos reprocha por el tiempo de ausencia y siempre tiene los brazos abiertos y la sonrisa plena para recibirnos en casa; pero sobre todas las cosas nos ama muchisimo, a cada quien de una manera especial pero a nadie más que al otro, sin una sola condición ni reserva, y vaya que todos la hemos lastimado alguna vez.

Por todo lo anterior, te confieso que me gustaría tener la dicha de ser para Bamboo lo que mi Ma' ha sido para mí; y también espero tener la sabiduría y templanza de mi Ma' para, llegado el momento, dejarla volar sin dolor ni lágrimas.

Después de todo qué somos las madres, si no las custodias y maestras de un ser que no nos pertenece; la vida nos lo presta por unos años para llenarnos de amor y esperanza, y nuestra obligación divina es darle las bases firmes y la enseñanza suficiente para que cuando este listo y fuerte siga su camino solo; ¿por que habríamos de aferrarnos a el si lo mismo hicimos nosotras?...

¿Qué mas te puedo decir?...
Solo felicidades, a tí y a todas las madres del mundo, gracias por darnos tanto, por no pedir nada y por llenar de amor al mundo.


P.D.
Por favor, no le pidas el pago de tus desvelos y entrega a tus hijos, tu recompensa está en el cielo; no les reproches su distancia, ni llores por su auscencia, recibelos siempre con una sonrisa para que te vean con gusto y no por obligación; no condiciones tu amor y tu ayuda si no quieres que te busquen por conveniencia; nunca creas que todo lo has hecho bien, el ser madre no te hace perfecta, te aseguro que si hiciste las cosas correctas Dios te lo premiará.

3 comentarios:

Sofía Campo Diví dijo...

Soy madre, tengo tres hijos. Mis hijos y yo tuvimos una época difícil, porque me separé hace catorce años, cuando eran pequeños. Ha pasado el tiempo, mis hijos tienen 25,24,17 años respectivamente.NUNCA he celebrado el día de la madre, ni recibo felicitaciones de mis hijos, pero, ahora que todos han madurado y se han hecho mayores superando todos los traumas de una vida difícil, me basta con saber que los tengo allí, que han sobrevivido a la tempestad y han logrado hacer sus vidas y son felices. Yo he rechecho mi vida y soy feliz por ellos. Feliz día de todos los días. Un saludo de una madre atípica y poco convencional.

Sarampa dijo...

Hola.

Todos lo dias entro a leerte, realmente es fenomenal tu manera de escribir y tu forma de compartir la vida.

Una sincera felicitacion por swer una gran madre, hija , amiga y compañera.. además de agradecerte por compartir tus experiencias con nosotros.

The Seeker dijo...

Hola,

Quiero felicitarte en verdad y decirte que el ser mujer y más vivir el aspecto de ser más madre es el atributo más hermoso que pueda existir en la vida, el dar vida. Los sacrificios que puede llegar a hacer, los tropiezos que soporte una madre por parte de su hijos, los desvelos, el hambre, un lista interminables de esquemas las hacen superiores a cualquier cosa en el mundo. Dicen que tras un gran hombre hay una gran mujer, eso nos hace demasiado responsables por el papel que juegan dentro de esto.
Yo en este momento ya no cuento con mi madre, ella esta en el cielo viendo como seguimos haciendo travesuras y como enfrentamos la vida. Siempre fue de la idea que no se festejara a la madre una vez al año, debe ser cada dia que pasa haciendola sentir importante como lo es en realidad. Un fuerte abrazo para todas las madres, un beso y un te quiero como siempre a Pilar....