miércoles, 27 de febrero de 2008

Soñar no cuesta nada.

Una vez mi Mamá me dijo: "El que por necesidad juega, por obligación pierde".
Tal vez tenga razón.

En diez años que llevo jugando al Melate, solo he sacado un par de premios no mayores a veinte pesos, sin embargo no pierdo la esperanza.
Hoy, como casi todos los Miércoles -cuando hay dinero-, fui a una agencia de Pronósticos a convertir mis ilusiones en un boletito de participación con seis números.
Desde hace varios meses le juego a la misma combinación, son números que tienen que ver con fechas de nacimiento, aniversarios y ocasiones especiales.
Alguna vez alguien me dijo que le apostara mejor a la fortuna y jugara Melático, pero con la filosofía de que "cuando te toca, aunque te quites, y cuando no te toca, aunque te pongas" prefiero intentarlo con los números que ya han sido afortunados en mi vida.
Sería tonto pensar que la solución a todos mis problemas financieros va caer en un golpe de suerte, pero no se pierde nada con soñar un poco.

Sé todo lo que haría si corriera con la suerte de pegarle al premio grande. No creas que mis ilusiones se reflejan en intenciones bizarras, no sueño con oro ni joyas, tampoco quiero viajes y lujosos hoteles; solo me gustaría pagar deudas -las mías y las de mi chaparrito-, asegurar el futuro y la educación de mi Bamboo, asegurar una vejez tranquila y no depender solo de la esperanza de la pensión que pueda tener mi esposo -como Yo soy empleada de confianza no tengo prestaciónes-, poder terminar la construcción de la casa que lleva más de tres años en obra negra, hacer realidad el negocio que tantas veces hemos soñado, tal vez comprar un coche y, finalmente, compartir la bonanza con mi ma', mis hermanos, mis suegros y todos los maravillosos amigos que siempre han estado a nuestro lado.

Pero la verdad, sería más que feliz con un premio suficiente para pagar deudas, aunque al terminar de pagar la última ya no quedara ni un peso. Seguiría trabajando como hasta hoy, seguiríamos reduciendo gastos y casando ofertas, vendiendo alguna cosa y tratando de sobrellevarla, pero con la grandiosa diferencia de que ya no habría angustias por pagar estados de cuenta, ni pagos semanales, prestamos personales o amenazas de buro de crédito.
Total, que puede valer más que la tranquilidad.

¿No sé Tú?... pero Yo creo que no hace daño tener un poquito de sueños e ilusiones. Yo no podría ir por la vida viéndolo todo concreto y fríamente realista, sentiría que estoy matando un poquito de la magia que todos llevamos dentro. Además creo que cuando uno deja de soñar, de ilusionarse, de creer, es cuando de verdad se empieza a morir.
Quien sabe..., a lo mejor un buen día te platico que la fortuna por fin toco a mi puerta.

1 comentario:

MSN-MX dijo...

Y mas que el soñar , es no perder nunca la esperanza y la fe, y decir fe no me refiero al concepto religiosos.
El melatico es buena opcion,juegale una ves cuando puedas.