miércoles, 9 de abril de 2008

Horario de verano.

¿Qué tal te ha tratado el horario de verano?...

A mí no me ha tratado muy bien.
Ya estamos a media semana y sigo igual de desmañanada que el Lunes.
De por sí no soy algo así que digas "que barbara, que madrugadora", y eso de levantarme una hora antes, pues de plano no se me da.

Según los especialistas que defienden a capa y espada los beneficios de este horario, se supone que uno se acostumbra al cambio en un par de días, pero a mí se me van los siete meses sin conseguirlo.
Realmente no sé si es porque desde un principio he estado en desacuerdo, o si es porque soy bastante nocturna en mis actividades, o si de plano es por falta de intención y sobra de flojera, pero el caso es que no consigo levantarme temprano.

Además, durante las primeras semanas de este horario, siempre me desajusto en todo.
A la hora del desayuno no tengo hambre y cuando ya estoy trabajando me ataca la gula; en mi horario de comida (a las 2 de la tarde) el sol está a plomo, y si de por sí no tengo hambre, ya parece que me voy a animar a salir del confort del consul, con su sombra y aire acondicionado, para achicharrarme en la calle; con la cena me pasa lo mismo, y la realidad es que voy tomándome un cafecito a eso de las 11 de la noche, y ya ni te cuento los trastornos digestivos que esto me provoca. Ya para terminar el día, y no hacerte el cuento largo, entre el cafecito, un cigarrito, un duchazo, la última platiquita y la preparada de la ropa para el día siguiente, siempre me voy yendo a dormir a eso de las 2 de la madrugada.
¿Así cómo voy a agarrar el paso, verdad?...

Por otro lado, no sé Tú que pienses, pero a mí me parece que este horario no sirve de mucho.
Supuestamente es para contribuir a un mayor ahorro de energía eléctrica, pero en casa no es tal. Si bien nos ahorramos una hora de luz por las noches, es la misma hora de luz que gastamos en las mañanas porque a la hora que nos levantamos la tenemos que prender a fuerza, ni modo que nos vistamos, arreglemos y demos las carreras de siempre en penumbras.
De hecho creo que hasta gastamos más que de costumbre porque Bamboo tiene su luz prendida y nosotros la nuestra, tenemos que encender la luz del comedor, también se tiene que encender la luz del baño, y hasta la del patio para poder salir.
Preguntome Yo: ¿dónde esta el supuesto ahorro?...

Igual y me tragaba el cuento del ahorro de energía si se viera reflejado en el pago bimestral, pero la realidad es que con o sin horario de verano, de todas maneras pagamos lo mismo y la lectura del consumo no sufre ningún cambio de consideración.

También se ha dicho que el horario de verano favorece a la seguridad de las personas que salen de trabajar pasadas las 7 u 8 de la noche; pero dónde queda la seguridad de las personas que tienen que salir de casa a las 6 de la mañana, y que ahorita se van de nuevo a oscuras.
Lo mismo que con el ahorro de energía, es una por otra; o me van a decir que la inseguridad en nuestra Ciudad tiene horarios.

Por último, se ha mencionado que este horario brinda la posibilidad de hacer alguna actividad diurna disfrutando todavía de luz. Y creo que es la única que me parece real y tangible, de hecho me gusta poder ir al pan, al super o a la tienda con luz de día, pero de todos modos prefiero mi tradicional horario de invierno, ¿y Tú?...

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